Mafalda sentiría vergüenza del mundo
POR EFE | PUBLICADO EL 10 DE MAYO DE 2016
El mundo de hoy sería, para la entrañable Mafalda, “un desastre y una vergüenza”, aseguró el célebre dibujante Quino, quien más de medio siglo después de crear su icónico personaje gráfico reconoce que le gustaría ser recordado como “alguien que hizo pensar a la gente las cosas que pasan”.
Joaquín Salvador Lavado (Mendoza, Argentina, 1932), quien ha ganado galardones como el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades y la Medalla de la Orden y las Letras de Francia, sigue sin explicarse cómo aún hoy, público de toda nacionalidad y condición le demuestra incondicionalmente su cariño.
“Cuando me dicen, ‘gracias por todo lo que nos diste’ digo, ‘¿qué les di?’”, expresó pocos minutos antes de ponerse al frente de una kilométrica fila de seguidores en la Feria del Libro de Buenos Aires.
Sin embargo, a este hijo de españoles rebautizado desde niño como Quino para diferenciarlo de los muchos Joaquines que ya había en su familia, no le gusta hacer balances, aunque de vez en cuando se ve obligado a hacerlo, como cuando en una entrevista alguien le pregunta el porqué de su dilatado éxito.
“Eso me lo pregunto yo también mucho. No lo sé. Sé que he puesto el dedito en una tecla que mueve muchas cosas”, señaló quien ya de adolescente se decantó por el mundo gráfico y la historieta y editó en 1963 Mundo Quino, su primer libro con una recopilación de dibujos editados hasta el momento en revistas de la época.
Las aventuras de Mafalda, la contestataria luchadora social de seis años amante de los Beatles, la democracia, los derechos de los niños y la paz, y detractora de la sopa, las armas, la guerra y James Bond, se desarrollaron de 1964 a 1973, aunque claro está que su imagen y sus atemporales e irónicos mensajes en pro de un mundo mejor la han hecho inmortal. También a sus amigos Manolito, Susanita y Felipe, con quienes alcanzó el éxito mundial en decenas de idiomas.
“Viendo las cosas que hice en estos años me doy cuenta de que digo siempre las mismas cosas y siguen vigentes. Eso es lo terrible... ¿No?”, remarcó Quino. El veterano dibujante se refiere a sus temas de siempre como la muerte, la vejez, los médicos y esas cosas con las que durante décadas hizo pensar a los lectores a través de sus emblemáticos personajes.
Asimismo, difícil resulta no preguntarle si esas historias y otras de las que habla tienen en el mundo de hoy una solución. “Conociendo al género humano me parece que solución no hay”.
En este momento de su vida, en el que ha tenido que renunciar a uno de sus placeres, el cine, por algunos problemas de visión, recuerda su infancia como la etapa que tanto le marcó, al igual que su tío Joaquín, quien le despertó la pasión por la ilustración. “No solo me legó la vocación sino una filosofía de la vida que a partir de mi abuela me ha marcado mucho. La politización de mi familia me marcó muchísimo”.
Con respecto a qué es lo que hoy en día le marca, las cosas ya no son tan claras. “Una pregunta muy difícil de contestar”. Mientras dice lo de ser recordado por el que hizo pensar a la gente las cosas que pasa, añadió, “y a ver si mejoramos”. Entonces se va a firmar libros
No hay comentarios.:
Publicar un comentario